sábado, 2 de octubre de 2010

Historias del camino

Por: Acacia Glass

“Caminante, no hay camino, se hace camino al andar,

Al andar se hace camino y al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar “

Tiene quince años, alta, mulata, con ojos color miel, pequeños, vivarachos, inocentes, traviesos, se agrandan cuando se sorprende por algo como cualquier muchachita de campo y de su edad. Mira de frente aunque a veces, baja la mirada por pena o por vergüenza.

Tartamudea un poco, pero cuando coge confianza, habla rápido sobre sus ilusiones, su esperanza de llegar un día a ser doctora, ser alguien y ayudar a su joven madre a salir de la miseria que les toco vivir... Vive en guardarraya de Baitoa, en plena cordillera, el lugar mas pobre, sin servicio básico y olvidado de Baitoa. Donde sobrevivir el día a día es una proeza para la mayoría de sus habitantes. Un lugar que dentro de poco será hábitat de envejecientes pues la juventud emigra, buscando otros horizontes.

Es Francia Delgadillo, camina todos los días unos 5 Km. Ida y vuelta para asistir a la escuela al igual que la mayoría de niños que pasan al octavo grado. A veces desayuna algo, a veces no, pero sigue día a día su camino entre lomas, lodo, o polvo y sol candente, según la trate el clima.

Su hermano de 16, cursaba el segundo de bachillerato, no se sabe si continuara este año, pues sesenta pesos semanales, no aparecen siempre para pagar la guagua que lo llevara al liceo de La Torre.

Ambos son muy buenos estudiantes, pero en condiciones óptimas serian excelentes.

Ella nació un 8 de marzo y el un 26 de enero. Fechas memorables que ojala les sean de buena suerte. Francia soñaba con sus quince. Algunas de sus primas cuyos padres emigraron a Santiago cuando el boom de las zonas francas, llegaban de visita con lindos vestidos a la moda, el pelo arreglado en un salón de belleza y uñas postizas. Varias ya habían celebrado tan soñada fiesta para una quinceañera.

Para Francia eso era imposible, su papa había perdido la razón hace un tiempo, razón por la cual no trabaja, aunque en momentos de lucidez hace “chiripas”.

Su padrastro tuvo un accidente y perdió una pierna y los pocos recursos que llegaron de familiares en Estados Unidos, se fueron en operaciones y medicinas.

Después, todo quedo peor, que antes, la familia sobrevive sin saber como, sin tarjetas solidaridad, sin seguro medico, solo algunas ayudas que nunca son suficientes y la providencia divina.

Y Francia sigue caminando5kms. Quizás más, persiguiendo sus sueños…

Al CTC de Baitoa llego esta historia. Planeamos darle la sorpresa a ella y a Elisa Pichardo, una anciana que cumplió 113 años y aprovechamos para celebrar ambos cumpleaños.

Así que pusimos manos a la obra. Buscar un vestido, zapatillas, arreglarle el pelo, un joven que bailara con ambas…y motivar a la comunidad.

Formamos un comité que trabajo arduamente, para que todo quedara bien.

Miguel Pérez, Saúl Iglesia y la emisora CTC donaron el bizcocho, la gente enviaba refrescos, el programa Control Latino dono la decoración, El Supermercado Peña los dulces, el Sindico José Rafael Peña, la picadura y el transporte, la profesora Charo Fabián el traje y las zapatillas de la niña, Gladis Pineda puso su salón de belleza y le

Desrizo el pelo, la peino, la puso bella, la esposa de Saúl Iglesia Margarita, se encargo de de la confección del biscocho en Santiago, de ir a buscarlo y de maquillar a la quinceañera. Zuleyka Núñez, encargada de la biblioteca, tomo el asunto, como un desafío personal, hizo las invitaciones, visitaba a la gente, trabajo como loca, hizo tanto que ya ni me acuerdo. Colaboraron también Isabel Núñez, administradora del centro, su asistente Elisabeth Peña Ito Pérez, Luis Francisco Paulino y su esposa Lula.

Por momentos creíamos que no podríamos llegar, había mucha neblina y amenaza de lluvias, pero gracias a Dios que pudimos y esta empobrecida comunidad, en plena cordillera pudo festejar estos cumpleaños y llevar un poco de alegría a estas dos valiosas

Mujeres baitoeras, cada una en el escenario y el tiempo que les deparo la vida.

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